martes, 24 de noviembre de 2015

El empleo, según el Banco de España

El Banco de España ha hablado y ha expuesto su opinión en material laboral, para eso tiene sus gabinetes de estudio y sus investigadores que se dedican a eso. Otra cosa es que lo que diga sea interesante o al menos tenga una lógica económica.

Entre las cosas que ha dicho el Banco de España  está su idea de que las últimas reformas laborales propiciaron una moderación salarial que “era necesaria”, si bien considera que estos cambios legislativos no han sido suficientes para mejorar la productividad en las empresas. Esta es una afirmación bastante temeraria por parte de la institución y cuando menos discutible. Porque está atribuyendo a la reforma laboral la tan neutralmente mencionada "moderación salarial", dicho de manera políticamente correcta. Lo que ha habido en España no ha sido una moderación salarial, sino un desplome de los salarios, eso lo primero. Y tampoco creo que la reforma laboral haya sido el causante de esa “moderación”. Hasta un ciego vería que la crisis es sin duda la causante de la masiva destrucción de empleo y en consecuencia del exceso de oferta de mano de obra en el mercado laboral, solo jugando con las curvitas de oferta y demanda de empleo se llega bien fácilmente a la conclusión de que el hundimiento de los salarios ha sido previo a la reforma laboral y no necesitaba para nada de esta, al menos en ese sentido. Como mucho, la reforma laboral habrá facilitado todavía más la caída de los salarios, facilitando los despidos y la contratación de mano de obra más barata (o sea, gente desesperada dispuesta a todo por salir adelante) y en precario.

Luego el Banco de España dice que ha comenzado a crecer el empleo, pero con salarios inferiores a los de los trabajadores ya en plantilla, situación que se aprecia sobre todo en las grandes empresas. Vaya, para esto tampoco hacía falta muchos estudios. Por desgracia el nivel de los salarios sigue por los suelos. Desde las empresas y patronal, por supuesto, y el gobierno se ha tratado de justificar esta caída de los salarios para mejorar nuestra competitividad en el exterior. Bueno, es un punto de vista, pero igualmente válido es decir que los trabajadores siempre son la pata más débil de la mesa cuando vienen mal dadas y hay que ganar competitividad. Y lo peor es que muchas veces es una ganancia de competitividad falsa o falseada, que se basa en reducción de niveles de producción en los que obviamente la mano de obra empleada rinde más que a medida que aumentamos trabajadores y se incrementa cada vez menos la productividad marginal. Esto nos llevaría a un mal endémico de este país, fundamental, como es la baja productividad relativa con respecto a nuestros competidores, en la que entrarían factores claves como la formación, la inversión privada, las dotes directivas, etc, etc. Por desgracia, nunca acabamos de atacar a la base del problema, sino que se recurre siempre al recorte de empleo para ser más productivos, es decir, siempre en base a reducción de costes, no en base a una mejora real de la productividad de cada trabajador, siempre hablando en térmnos generales, claro, por fortuna habrá excepciones.


También merece destacarse la afirmación del Banco de España cuando dice que, respecto a la composición del mercado laboral,  el crecimiento del empleo temporal que se advierte en la actualidad responde a la destrucción que experimentaron en la fase recesiva este tipo de puestos de trabajo, que, ahora con el crecimiento, comienzan a recuperarse. Bueno, esto ya es la traca final de estos seudoinvestigadores y calienta poltronas del Banco de España, títeres al servicio del poder establecido. Cómo se puede ser tan merluzo para decir que el empleo temporal se está recuperando ahora, cuando llevamos años produciendo empleo temporal y a salarios cada vez más bajos? Expliquen, mejor, ustedes por qué no crece, como sería deseable para la estabilidad de los trabajadores y las familias, el empleo fijo. Por desgracia, en este sentido, creo que nos tendremos que ir acostumbrando a vivir en un espectro de altos niveles de temporalidad. Eso y que ya veremos cuánto tardamos en rebajar a niveles de primer mundo la cuota de desempleo, el gran caballo de batalla de nuestra economía, aquello que ningún político agarra por los cuernos, al menos yo no lo he oído debatir. 

En conclusión, habría que preguntarse si los que elaboran los estudios del Banco de España son empleados temporales, porque su desempeño es de una dejadez y una desfachatez absoluta, y si solo van a estar unos meses pues igual les da lo mismo hacer o decir cualquier cafrada. 

lunes, 9 de noviembre de 2015

Alerta roja en Cataluña

El Parlamento de Cataluña ha aprobado, con los 72 votos de los diputados de Junts pel Sí  y la CUP, la "declaración solemne del inicio del proceso de creación del Estado catalán independiente en forma de república", un "proceso de desconexión" que "no se supeditará" al TC.

Al fin se han materializado las amenazas de la facción independentista catalana, el desafío ha tomado cuerpo y las consecuencias de esto son muy graves, desde distintos puntos de vista. Destacaría en especial tres parcelas en las que lo ocurrido hoy en el Parlamento catalán supone un antes y un después y, en consecuencia, no debería quedar impune, ni judicial ni políticamente. Los planos clave son:

1)      El social y democrático
2)      El político
3)      El económico

Desde mi punto de vista, las consecuencias más graves de lo que ha ocurrido hoy se viven en el terreno social y democrático. Cuando unos tipos que se sientan en una tribuna se creen con derecho a decidir el futuro de un pueblo sin tener el respaldo mayoritario de ese pueblo es que algo muy grave ocurre o es que la gente se ha vuelto gilipollas del todo. Es un asalto en toda regla al derecho democrático de cada ciudadano a formar parte de un país y un desafío al régimen jurídico y legal vigente. No nos andemos por las ramas, los que han propiciado hoy esta situación en el parlamento catalán deben de responder ante la justicia, sin enguajes ni componendas de ningún tipo, desde ya, no dentro de no sé cuantos meses. Incluso se permiten la desfachatez de anticipar que no responderán ante ningún tribunal. No soy experto en índoles jurídicas, pero incluso habría que estudiar la legitimidad del parlamento catalán y su posible disolución.

En el terreno de lo político, las consecuencias tienen un carácter igualmente sísmico. Por un lado, como ya he dicho, las fuerzas nacionalistas catalanas ya no están legitimadas para gobernar a un pueblo al que han estafado y deberían ser llevados ante la justicia de inmediato y pagar por haber violado la ley. Si cada uno hace en un país lo que le viene en gana, sin respetar las leyes, a dónde llegaremos? Entonces, por qué se ha de tener un trato especial con esta gente?

Por otro lado, la situación que se ha dado hoy supone la constatación de la incapacidad de Mariano Rajoy y del PP, por extensión, para seguir gobernando España. Esto no es cosa de un día, lleva gestándose desde hace meses, con la actitud autista, a la que ya nos tiene acostumbrados, del señor Rajoy. Si tuviera un mínimo de decencia presentaría su dimisión de inmediato. Veremos cómo se lo hacen pagar en las urnas.

El escenario político no puede estar más revuelto y es difícil incluso decir si alguien puede salir ganando algo de esta situación, a nivel electoral, se entiende. Pero no olvidemos que esto también tiene su vertiente económica. Especialmente palpable en la inversión y el consumo. El que más lleva que perder en este asunto es sin duda Cataluña. El capital huye del riesgo y lo que proponen las fuerzas independentistas en estos momentos es una situación de incertidumbre total a corto y medio plazo. Malo para los negocios. El consumo también se resiente, la gente guarda la ropa ante lo que pueda pasar, o se producen distorsiones en el mercado como consecuencia de las ideologías, se pueden alterar las curvas de preferencias de los consumidores, es un efecto de índole microeconómico, pero cuya suma agregada puede tener efectos macroeconómicos. Grandes empresas y marcas catalanas se han posicionado en contra de cualquier actitud independentista, buena parte de la patronal también, conscientes de que se juegan mucho.

Ni que decir tiene que la inversión extranjera tendrá más aversión si cabe a invertir en Cataluña. Es como el cuento que ha pasado por mil bocas y llega distorsionado al último interlocutor. Pues así les llegará la información a la mayoría de los inversores extranjeros, pues manejan información de fuentes secundarias y desconocen al detalle la situación de España, en consecuencia se sobrediomensiona el problema, un problema que ya es grande de por sí.

Incertidumbre? No, gracias. Vandalismo político? Tampoco, por favor. Un poco de profesionalidad y responsabilidad no estaría de más, y que unos cuantos hiciesen la maleta y se fuesen a tomar por culo tampoco.