Papelón el que han hecho tanto partidos políticos como la justicia estos días a costa del tema de la supresión del impuesto de actos jurídicos documentados.
Primero empezó el TS metiéndose en camisas de once varas, sentando una jurisprudencia que no tenía ningún sentido y que era contraria a toda la existente a nivel europeo. Porque cuando somos consumidores y vamos a comprar algo somos nosotros los que pagamos el impuesto, mal que nos pese, y no le decimos a un tercero que lo pague por nosotros. Por tanto, no tenía ninguna lógica el cambio de jurisprudencia (y tengo una hipoteca como mucha otra gente) y así se lío en los mercados bursátiles la que se lío. Luego para rematar el despropósito,donde dije digo digo Diego, no se puede hacer un esperpento más patético, venga a recular.
Pero no se acaba ahí todo el escándalo. Al hilo de toda esta polémica salen los buitres de los partidos políticos intentando capitalizar votos a base de populismo. Prácticamente no se ha salvado nadie. Podemos, como era de esperar, poniendo el grito en el cielo cuando le interesa, dan igual los motivos ni que no tenga sentido, eso sí, cuando te hablan de Venezuela parece que te están vendiendo el paraíso, como ocurrió con las vergonzantes declaraciones de Errejón a un medio chileno. Pues bien, da igual lo que diga el sentido común ellos convocan su manifa y se quedan tan anchos. Ya teníamos descontado su pantomima y por eso no sorprende.
Sorprende más, aunque cada vez menos, la actitud del gobierno que salió al paso del cambio de criterio haciendo de poli bueno y anunciando que iba a cambiar la la ley para que el impuesto recaiga sobre los bancos. Y al mismo tiempo haciendo el ridículo más espantoso al pedirle a los bancos que por favor, por favor, no se lo repercutan a los clientes. No se puede ser ni más torpe ni más zafio. Si quieres pensar en el ciudadano de a pie te cargas el impuesto y ya está. Pero no, ya cuando gobernaba el PP fueron los primeros en oponerse a ello, ahora se quieren ir de "tíos guays", puro humo.
Pero quizás la sorpresa más grande vino con C’s que se alinea con el PSOE en esta representación carnavalesca. Un partido que cada día parece más una veleta al viento. Sólo se salvaron de la ignonimia las huestes de Casado, que por una vez dijeron algo juicioso, proponiendo la supresión del impuesto de actos jurídicos, así como una revisión profunda del sistema fiscal que lleve a una bajada de impuestos. Suena bien, pero que habrá que ver como se casa eso con el déficit público, la deuda pública, la única posibilidad que veo es el recorte del gasto público.
En fin, una vez más, los políticos quedan a la altura del betún y demuestran que son una de las lacras más ácidas de la sociedad y de la economía en particular, uno de los grandes problemas que tiene este país de cara a su desarrollo, la demagogia al poder, sin ningún tipo de remilgos.